Observar nuestra lengua es una manera de conocer nuestra salud. Durante siglos los médicos orientales determinaban la salud de una persona con tan sólo examinar este órgano móvil situado en el interior de la boca.
La relación entre la lengua y los demás órganos del cuerpo.
La lengua es conocida por determinadas culturas como el brote del corazón. A través de su examen se puede llegar a obtener información sobre la salud de un individuo. Según los médicos orientales es un órgano que está conectado con el resto de los órganos, pues todos llegan a la lengua. Se trata de una zona, según estos estudiosos, en la que se puede descifrar la salud general tanto del estómago como de la sangre.
¿Cómo observar la lengua?
Para observar la lengua hay que disponer de una luz que no modifique su color. Lo más adecuado siempre es la luz natural y una posición que permita que ésta ilumine la boca. A la hora de diagnosticar es necesario tener en cuenta que existen un gran número de alimentos que pueden modificar su color. Por ejemplo, la aceituna de color negro la tiñe, así como la vitamina B2, el tabaco y el vinagre.
El color de la lengua
Existen problemas de salud que están determinados por el color de la lengua. Así, si el color es azulado, presumiblemente puede existir un problema de mala circulación y estancamiento de la sangre.
Si la lengua adquiere un color demasiado rojizo, puede indicar problemas de corazón y si su color fuera escarlata, es muestra de estados febriles o estancamiento de los vasos sanguíneos.
La forma de la lengua
La propia textura de la lengua y su forma son pautas de información. Un cuerpo saludable debe de tener una lengua brillante y húmeda, expresión de que existe suficiente líquido en el organismo. Si no es así, este órgano aparecerá flácido. Si está llena de cortes irregulares pueden existir problemas y desequilibrios estomacales, y si la fisura es grande en la línea media y va hasta la punta existirían problemas de corazón.
Fuente : www.elcuerpo.es/
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